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Descubre frutas amazónicas poco conocidas que pueden ser una delicia

Frutas, Amazonía, camu camu
No gozan de la fama del aguaje, el camu camu ni la cocona, pero la anona, la chambira, el humarí y el caimito forman parte de la nutritiva dieta selvática

¿Sabía que en el Perú, hay una fruta de cubierta verde y blanda, pero llena de púas? ¿O Alguna vez se topó con una especie de coco en miniatura, verde, leñosa y refrescante jugo? ¿Sabe cuál es la fruta cuya pulpa, untada en pan, puede reemplazar perfectamente al paté?

Se trata de cuatro productos tradicionales de nuestra selva amazónica, cuyo potencial vitamínico no debería desestimarse: la anona, la chambira, el humarí y el caimito. A continuación, se los presentamos.

LA APARIENCIA NO LO ES TODO
La anona, también conocida como guanábana brasilera, es una de las frutas más deliciosas y fáciles de comer de nuestra Amazonía, pese a que por fuera, no ofrece un aspecto muy agradable. Tiene la apariencia de un guante quirúrgico soplado hasta el máximo, pero este producto dulcísimo, oriundo de nuestra selva, contiene gran cantidad de agua, por lo que actúa como rehidratante. Además tiene hidratos de carbono y minerales (calcio, fósforo y hierro). La anona es también rica en Vitamina C y provitamina A, según investigaciones de Antonio Brack Egg, Asesor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El zumo de la anona madura es además un excelente diurético: tomado en ayunas, se cree que ayuda en las dolencias hepáticas. El té de hojas de guanábana tiene propiedades antiespasmódicas, sedativas, antidiabéticas y vasodilatadoras. Las semillas se pulverizan para utilizarlas como repelentes de insectos y las hojas se usan para combatir los piojos. Incluso, se le atribuyen propiedades para el alivio del cáncer.

ANTES DE COMERLA, HAY QUE ARROJARLA 
No es raro escuchar en las ciudades de la selva el sobrenombre de “chambira”, en alusión a aquella persona que jamás da su brazo a torcer o que es capaz de resistir varios días seguidos bebiendo masato. La razón: abrir una fruta de chambira es casi tan difícil como hacerlo con un coco, solo que en este caso, el fruto tiene cuatro centímetros de diámetro y pesa apenas unos cuantos gramos, por lo que suele ser lanzada con fuerza a la pared o al suelo hasta partirse. Solo así, es posible retirar la cubierta verde y disfrutar de su centro blanco y jugoso.

El alto contenido de calcio de esta fruta, así como la utilidad del árbol en la fabricación de canastos y paneras, ha llevado a las diversas comunidades agrícolas de la selva a proteger las plantaciones, a tal punto de que si alguien corta uno, deberá plantar diez en su reemplazo.

EL ÁRBOL DE PATÉ
Cuando está maduro, cambia del verde al negro, pero su cáscara es tan suave y corrediza, que más vale pelarlo con cuidado, de modo que su contenido untoso, parecido al de una barra de mantequilla, aunque de un dorado más oscuro, pueda comerse. Es el humarí, fruta infaltable en los desayunos loretanos. Solo o untado sobre el pan, el humarí aporta una cantidad importante de calcio y lípidos, fundamentales para el crecimiento y la reserva de energía.

MIEL EN LA PULPA
Aquel que quiera cogerlo de su rama, tendrá que escalar un árbol de tallo delgado de unos 20 metros de altura. El caimito no solo es una fruta deliciosa, sino que aporta a la dieta una cuota de vitamina A fundamental para el cuidado de la piel. Tiene el tamaño de una naranja y es fácil de comer: se parte con las manos y, a continuación, a disfrutar de su dulce pulpa blanca.

Hijos de nuestra biodiversidad, los frutos amazónicos ofrecen una variada gama de alternativas nutricionales para aquellos que quieran descubrir nuevos alimentos.

Elcomercio.pe
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